Acompañar durante momentos finales a un ser querido, puede ser la experiencia más dura y compleja que cualquiera pueda afrontar pues, es tiempo de dolor, desconsuelo, desesperación, sufrimiento, desconcierto etc..
Afrontar éste momento se puede llevar mejor, cuando uno sabe que morir, NO es el final de la Vida sino una transición o hito, que lleva asociado el cambio hacia una nueva realidad que se abre y, transmigra la consciencia dejando el avatar físico que la sostuvo, mudando a otro y así sucesivamente, hasta llegar de nuevo a casa.
Ese cambio de realidad posterior, es puramente dimensional y en él, nuestra consciencia, recalará en otro cuerpo sutil que permanecerá activo, mientras dure el proceso de depuración y limpia, de lo que fue la existencia material que dejó. De todo ésto, hablamos largo y tendido en los últimos audios de las entrevistas del canal de Geopolítica Cuántica, que pueden encontrar aquí publicados.
Nacho, es un amigo al que conozco desde hace mas de 40 años. Estudiamos en el mismo colegio y, años después, coincidimos como compañeros de carrera.
Si bien nuestra relación es simpática (estar de broma y hablar de temas triviales y mundanos), me consta que él, sabe acerca de mis inquietudes y algo acerca del contenido de los dos libros que tengo publicados aunque nunca, hemos hablado de ello hasta que el pasado 9 de septiembre, me envió por Whatsapp, varios mensajes de desahogo tras ingresar su padre en el hospital, en estado crítico. (Justo en el mismo hospital donde estuve con mi tía y, escribí mi segundo libro Experiencias Cercanas a la Vida).
Lo que quiero contar, queda fuera de engordar el ego de quien que se cree Maestro por dar consejos y, sentirse más humano.Todo lo contrario, quiero reincidir en la importancia que tiene en cada uno de nosotros, «llevar el duelo en Vida» y «dar las flores en Vida» , a nuestros seres queridos que por edad, sabemos que el momento de su partida puede sorprender cuando menos te lo esperas. Esas son, la mejores perlas que mi «buen amigo» y Maestro, me transmitió a lo largo de todos estos años de atenciones hacia mi madre, algo que nunca olvidaré y guardaré con eterna gratitud.
La desconexión en el hsopital, sucedió después de tres días en coma. Lo conversado con Nacho quedó entre nosotros pero quiero resaltar que, el acompañamiento fue tan emotivo como efectivo hata el punto que, la deformación del rostro a causa del ictus, se corrigió cuando su hijo, le cogió de la mano. Esto quiere decir que, aun en situación de estado de coma, la energía sigue presente y el sexto sentido de sentir se activa y predomina por encima de los cinco conocidos, devolviéndo al moribiundo a un estado de paz , calma y tranquilidad antes de la despedida
¡¡ Buen viaje, buen viento y buena barca ¡¡